martes, 18 de mayo de 2010

¿Sabes? He decidido que me encuentro muy solo y que no lo dije todo antes de partir porque nunca lo hice, sólo fue desplazamiento. ¿Sabes? La distancia son como los papeles, como los metales o como una línea. Nunca sabemos cuánto podrían llegar a medir, pesar o encontrarse de pronto frente a uno mientras caminas descalzo por una habitación. ¿Sabes? Si yo viese una línea entrecortada junto a una moneda en el suelo, preferiría levantar cada paso sobre ella porque siempre pensaré que esta línea es el lugar dónde se juntan los polos, que en cierto modo somos nosotros, y como algún día mencionaste “libres y locos” pero agregaría, libres y locos, pero cobardes. ¿Sabes? Las líneas de esta ciudad son muy confusas y no logro escribir sin papeles tu dirección, los metales pesan demasiado cuando pretendo buscarte, y la ciudad confusa como te decía, tiene líneas en toda cardinalidad que siempre llegan y me conducen a tu puerta o tu ventana o tu triste buzón. ¿Sabes? A veces me cuelgo a un haz de luz y me sostengo pensando en que apareces por esa puerta, te desnudas y hundes tus dedos en la curvatura y no logro ver quién es esa persona acariciando la tierra o escuchándola hablar, pero no, no soy yo, porque el cerrojo de mis recuerdos nunca tuvo llave. ¿Sabes? Creo que tus recuerdos y los míos han huído y que están dentro de esta ciudad, en este país y en mi habitación esperando a que te encuentre, por eso la distancia o los países son como los papeles, los metales o como las líneas, como la pintura, como elas volutas de humo, como los cigarrillos, como los labios pintados de rojo, como la luna como los viajes hacia ella. ¿Sabes? Ellas siempre, esperarán a ser escritas, cargadas o encontradas, como una línea escrita.

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